me decidí por encriptar mis sueños en significados
irrelevantes, opte por hacerme la vida fácil porque la vida difícil no posee
recompensa alguna, por esto y más tome lápiz y papel y decidí encerrarme en lo lírico de las letras, olvidar toda responsabilidad y sentimiento alguno para
vivir del aroma de los nardos y de la frescura de los jazmines. Hoy decidí
pasar por alto los obstáculos, quedarme estancado mientras encripto mis ideas,
las hago círculos, curvas y formas que ni yo recordare su traducción, que
dejare al lado del camino pedregoso y sin uso, dejare mis notas y se pudrirán
bajo la lluvia, se desgarraran por el efecto del viento y perderán su carácter
sustancial. Hoy me decidí por no perseguir a mi espíritu guía, dejo al lado su
modesta luz de madrugada para perderme en la niebla, para evitar más esfuerzos
y desagravios, méritos de uno sin valor ni concesión. Hoy me perderé en la
bruma, en el espectro de los árboles, de los bosques sacrosantos, de las luces
sin vitalidad, deseo dejar de planear e internarme en la torre más alta, clausurarme
y sentarme a escribir notas sin sentido, sin valor, sin composición, notas
lúgubres e invernales, escritas con lápiz y sangre a pulso, sangre perdida en
los sueños que ando encriptado, ese de ser un ave sobre las cumbres blancas, de
ser pastor de animales mitológicos, de beber de ríos de plata, de crear lagunas
sin fondo, de ser tamborilero de dioses arcaicos. Hoy decidí dejar atrás todos
mis instrumentos, volver a la caverna y vivir en la penumbra, vivir como
sombra, alimentarme de brea, volver a la
carne y a la masa que nunca cambia, la intangible masa primigenia, de colores fugaces,
de estrellas impregnadas de almas muertas, almas de caballeros y cruzados, de
damas y pájaros, de zopilotes sagrados, del fénix en agonía, de la tierra
compacta, sin prisa. Hoy viviré en caverna y dejare a mi paso navíos vikingos,
dejare de ser parte de la creación de Dios, parte de ese cincel que todo destruye,
que nada genera, materia inservible, materia errada por el acto creativo. Hoy
dejare de ser hombre, dejare de soñar y dejare todo a mi paso, cuerpo liviano,
masa vítrea e imperfecta, costra de la creación. Hoy decidí no contar más con
cualquier forma humana posible, ni interactuar con la misma, es una raza
insulsa, torpe y macabra, pero, nunca dejare de ser parte de ella, mi alma está
marcada con su nauseabundo olor con la lastimera carga de herir y ser herido
con los insoportables sentimientos no cárnicos y necesidades mundanas, aprecia
por última vez mi forma material, obsérvala y haz que sea parte de tus
recuerdos, de tus sueños no encriptados, de tus deseos más profundos, de tu
sangre, de tu propia costra, para seguir siendo parte de la creación, esperando
algún día mi inmundo ser sea reivindicado, que la masa destructiva genere algo,
más que materia muerta, genere algo de vida, le de espacio a una creación
simétrica, de colores, de esencia, de matices y de eterna veneración.
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